El briefing de mi bIsAbuela.

Durante años había circulado por mi familia una imagen de mi abuela con su madre y padre.

La primera vez que la tuve en mis manos me di cuenta de algo que nadie había observado o que nadie me quiso revelar pero la cuestión es que vi que mi bisabuelo nunca había estado en ese estudio el día que su mujer e hija se retrataron. Era un fotomontaje.

Desde entonces fui el guardián de la imagen.

La copia que conservamos tiene escritura en la parte posterior que desvela que esa copia es un test donde el fotógrafo describe ordenes técnicas del siguiente paso a dar a otro técnico o asistente.

Nunca sabré si el proceso final se culminó, tampoco la motivación exacta del encargo. Aparentemente es un recuerdo sofisticado donde vivos y muertos se encuentran en un mismo espacio. Pero lo más intrigante es que lo que hemos conservado fuera un test con indicaciones ajenas a la narrativa familiar.

Este hecho abre diferentes escenarios. Tal vez mi bisabuela no recogió el encargo final pero maniobró para quedarse con el test. Puede que acabara siendo una ampliación o una foto postal para ser enviada y alterar la realidad de lo ocurrido en terceras personas. O simplemente, fue la mejor manera de reparar el hecho de que no les dio tiempo a tener un retrato los tres juntos.

He intentado dar el supuesto briefing, a MJ, que mi bisabuela puede que diera al fotógrafo para iniciar el encargo.

El resultado hubiera maravillado a mi bisabuela, sobre todo por el tiempo invertido en obtener una imagen. Menos de 40 segundos.

De la calidad obtenida, ya hablaré otro día.